Lealtad a mis raíces,
Mis principios
firmes, como roca que sustenta,
No hay viento que los
doble, ni sombra que los apague,
Son la voz interna
que mi espíritu nunca estalle.
Fidelidad al camino
que mi corazón traza,
Honestidad y valor,
son mi armadura,
En cada paso firme,
en cada decisión,
Crece el hombre que
soy, con noble convicción.
Ser grande no es solo
fuerza,
Es ser fiel a uno mismo,
ser justo y humano,
Mis valores me guían,
me enseñan a mejorar,
A ser luz en la vida
y en la oscuridad brillar.
Así, con lealtad y
principios bien sembrados,
Cultivo mi esencia,
mis sueños anclados.
Ser mejor cada día,
con alma y corazón,
Es el legado eterno
de mi firme convicción.
A los hombres rectos los guía su
rectitud; a los hombres falsos los destruye su falsedad.
Proverbios 11:3
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