En el crisol del día,
la voz se templa,
Golpeando dudas,
moldea la razón;
Cada caída es una
gran lección,
Y en cada herida nace
la emoción.
Pilares de silencio y
de coraje,
Habitando sombras,
alumbran la verdad;
No es vanidad
erguirse en el viaje,
Sino aprender a estar
y escuchar.
Pulso que respira,
mente que no cede,
Disciplina y
compromiso que siembro en querer;
Cuando el miedo aparece,
la fe responde,
Y la voluntad de Dios
es roca al volver.
Así, en paso firme,
nace el alma fuerte,
No es el triunfo
quien te define,
Sino la constancia de
un fuego interno,
Que convierte el
polvo en claridad.
Pero el Señor le dijo: ¨No te
fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No
se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias,
pero yo me fijo en el corazón. ¨
1 Samuel 16:7
Muchas gracias por tomar parte de tu tiempo en leer esto en verdad que estoy muy contento, si te gusto déjame un comentario y ayúdame a compartirlo para que llegue a más personas que a ti no te cuesta nada y me ayudaría muchísimo.
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